Las vacunas siguen dando que hablar. Iban a hacer una campaña con 100 famosos a favor de la vacuna rusa, pero al número 25 se quedaron sin famosos. Esa era la estrategia comunicacional, vacunar a los artistas adictos para que la gente acepte algo que no quiere. La vacuna rusa, aunque festejen el artículo de The Lancet, no logra sumar adeptos entre los argentinos.
Eso, vinculado a la escasez de vacuna, y el uso político que han hecho organizaciones como la Cámpora, han hecho que la gente le tenga desconfianza. Y aunque Brankatelli defiende a capa y espada a sus jefes, el resto de los periodistas les pega, porque de lo único que tratan es de generar confianza utilizando la cada vez menor credibilidad de los famosos k.
Y lo peor es que encima no hay vacunas, o sea promocionan lo que no tienen, y esa es la calentura de Doman. Quieren crear una necesidad de cosas que no existen, porque el gobierno no logra conseguir vacunas en ningún lado, perdieron el tren por querer hacer negocios con todo.
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