Alberso sigue cosechando amigos, y el kirchnerismo acumulando fracasos. Ahora los comerciantes de Av. Corrientes, una zona que era pujante, están re calientes porque se vino todo abajo. Altos alquileres, porque las 50 manzanas son caras, y bajas ventas, configuran un panorama de recesión y quiebre de empresas que parece no tener fin.
No les importó nada, hicieron una cuarentena asesina, y quieren seguir, si no lo logran es por la presión de la gente. Parece que quieren tenernos a todos viviendo de planes, porque otra explicación no hay para tanta desidia. Av. Corrientes, un corazón comercial del país hoy está en terapia intensiva.
Y no sólo el sector gastronómico, que es el que más lo viene sufriendo, sino los locales de ropa, las farmacias y todos los comercios que vivían de la gente que trabajaba en el centro, y ahora están tratando de sobrevivir como pueden. El comercio está barranca abajo, y sólo algunos van a quedar en pie después del gran reseteo de Alberso y su banda de chorros.
Todo está en cambio, y el kirchnerismo fue el mejor alumno del lobby internacional, destrozando con mucho discurso de izquierda, pero con prácticas fascistas, todo lo que existía en Argentina. Están barriendo con las familias autónomas que laburaban, y que, ha medida que ven perder sus fuentes de ingresos, solo les queda resistir o caer en la pobreza total. El kirchnerismo es asesino, por más que lo defiendan los planeros.
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