Viví se la banca contra la patrulla progre. Le pegaron porque pregunto quien era el intendente de Lugano para desprestigiarlo, pero ella no tiene pelos en la lengua, y les dice que mucho preocuparse de esas pavadas, pero no de lo que pasa con Maia, o con Soria, que en lugar de defender a pibitas secuestradas como Maia, vino para defender a la chorra jefa.
Por eso la odian a Viví, porque les pega donde les duele, en esa hipocresía discursiva que tiene la progresía argentina, que grita con la izquierda, pero pega con la derecha. Son puro show, porque de los problemas de verdad no se ocupan, y menos de las pibas que realmente la pasan mal. Unos cachivaches, y Viví no les deja pasar una.
Pueden pegarle con lo que sea, pero ella se la banca, y sale a tirarles en la cara que ninguno de los políticos que se rasgan las vestiduras por las mujeres o por los “otros”, no son capaces de encontrar a una nena de 7 años, en un país rodeado de cámaras. Un cartonero en bicicleta burló a todas las fuerzas de seguridad, y ni Berni ni Frederic dicen nada, se hacen los desentendidos, como con todo lo que no les gusta o los lastima. Es más fácil salir a pegarle a Canosa por una pavada.
Pero Vivi no se achica, y sigue el caso Maia, porque la realidad es que lo que importa es encontrar a la nena, y no si una periodista se manda un furcio o se equivoca en algo que es intrascendente en relación a algo mucho más importante. Una nena, que vive abajo de un puente y que nunca fue al colegio con 7 años, pero las feministas en eso temas no se meten, sino en los que dan prensa como Darthés.
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