Un laburante se agarro con los militantes k de sombrilla que viven del estado y se calentó porque está desocupado. Como tantos argentinos que quiere laburar y no quiere vivir de un plan se calienta con los militontos que les quieren copar los lugares en dónde los artesanos venden lo que hacen.
Ellos se quieren afanar todo, porque se creen con el derecho divino de usufructuar el espacio público por obra y gracia de San Perón. Pero la gente no se come más el relato de los pibes de la Cámpora, y cada vez que se hacen los vivos los echan a patadas en el tujes.
La sociedad está cansada de los parásitos que viven del estado y de los planes a cambio de la militancia para las elecciones. Los ciudadanos están empezando a reclamar cambios profundos, y no sólo en lo económico, sino en la forma en cómo se hacen las cosas, el respeto a la ley y las instituciones, y en contra de la truchada que es el kirchnerismo.
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